Cómo elegir una cuerda de escalada deportiva

La cuerda es en escalada el punto de seguridad más importante, aquel que une al asegurador con el escalador ofreciendo a este último unas garantías para que pueda hacer su actividad de una manera segura. Es por esto, que elegir una cuerda para escalar no es tarea sencilla y menos con la variedad que existe hoy día en el mercado. En ClimbMadrid queríamos facilitarte un poquito esta tarea y por eso te presentamos este artículo en el que desglosamos todo aquello que has de tener en cuenta a la hora de comprar tu cuerda nueva. Empecemos…

Tipo de cuerda: 

Existen, según la normativa (CE EN 892 y UIAA), tres tipos de cuerdas de escalada:

  • Cuerdas simples : Son aquellas que se usan de forma individual ofreciendo las garantías de seguridad para la escalada. Las usamos en escalada deportiva. 
  • Cuerdas dobles: Se conoce por cuerda doble a aquella que requiere el uso de otra de las mismas características para garantizar la seguridad del escalador ante cualquier situación. Estas cuerdas pueden pasarse por los seguros de manera alterna o consecutiva. Se usan principalmente en escalada clásica.
  • Cuerdas gemelas: Este último tipo de cuerda comparte la descripción de las cuerdas dobles en cuanto al uso de dos cuerdas, excepto en el punto del pasado de la cuerda por los seguros, siendo en este caso necesario que las cuerdas pasen por todos los seguros de manera conjunta. Se usan mayormente en alpinismo y escalada en hielo.

Longitud:

Podemos encontrar cuerdas de escalada de todas las longitudes, pero en escalada deportiva las dividiremos en dos:

  • Cuerdas para escalada indoor (rocódromos): Tienen una longitud de unos 30-40m, marcada por la altura de las paredes de los rocódromos y su uso es exclusivo para estos casos, pues en roca se quedan demasiado que cortas. Tienen como ventaja que al ser más cortas pesan menos, cuestan menos dinero y pueden servir de complemento a una cuerda más larga, para no desgastar esta en el rocódromo. 
  • Cuerdas para outdoor (roca): Aquí se nos presentan principalmente tres longitudes: 60, 70 y 80 metros. Analizemos cada una de ellas con sus pros y contras:
    • 60 metros: Son cuerdas más baratas, un poco más ligeras y menos voluminosas. Si tenemos claro que en las escuelas donde escalaremos las vías son siempre menores o iguales a 30 metros, puede ser una opción. (Si fuésemos a escalar sólo en Madrid, puede llegar a valernos, ahora bien, si pretendemos movernos con ella por España, se nos quedará corta).
    • 70 metros: Una medida muy demandada en la actualidad, que ofrece una gran versatilidad, al permitirnos escalar en gran parte de las escuelas del mundo, sin llegar a ser tan pesada como una cuerda de 80. Tiene también la ventaja de que con el tiempo podremos sanear sus cabos (la parte que más pronto se deteriora de la cuerda) sin quedarnos con una cuerda demasiado corta, como pasa si cortamos la cuerda de 60m.
    • 80 metros: La de mayor longitud (obviando las cuerdas de 100 metros). Garantiza que nos podamos meter en casi cualquier vía de deportiva. En caso de que cortemos sus cabos para sanearla aún contaremos con una cuerda bastante larga. Peso y volumen son sus mayores contras, además de que son algo más caras.

Diámetro:

El grosor de una cuerda de escalada es un factor importante a tener en cuenta a la hora de decantarnos por uno u otro modelo, ya que este nos dará una información muy relevante acerca de fluidez, durabilidad, etc. Con los modelos que encontramos actualmente en el mercado, diferenciamos tres categorías:

  • Cuerdas finas (8,6 – 9,2mm): Se caracterizan por un manejo muy fluido a la hora de asegurar y un peso reducido, cualidades no poco importantes en el mundo de la escalada. Son cuerdas que han de ser manejadas por manos expertas (no recomendables en iniciación) y con aparatos de aseguramiento que estén adaptados a ellas (nos referimos por ejemplo a que no pueden usarse con el Grigri1, ya que este no funciona de manera correcta con cuerdas tan finas). Su principal inconveniente, a parte del precio, es la durabilidad, ya que al ser tan finas y tener tan poca superficie de rozamiento duran bastante menos que una cuerda de mayor diámetro.
  • Cuerdas medias (9,5 – 9,8mm): Son las cuerdas más versátiles, pues aúnan la durabilidad con un manejo bastante fluido y un peso no muy abultado. Actualmente suelen ser la opción prioritaria de la mayoría de escaladores.
  • Cuerdas gruesas (10 – 10,2mm): Teniendo como punto fuerte la durabilidad, estas cuerdas son una buena opción para personas que se están iniciando en la escalada, pues al no ser su manejo tan fluido como las cuerdas más finas, facilitan la maniobra de frenado en caso de caída. Una desventaja de estas cuerdas, además del mayor peso, es que una vez que ya tienen cierto uso, si no se cuidan bien pueden quedarse demasiado gruesas y perder manejabilidad.

Resumiendo un poco este punto y ofreciendo nuestra opinión personal, las cuerdas finas serían adecuadas para personas que primen sobre todo el peso y la fluidez más que la durabilidad (escaladores con cierto nivel); las cuerdas medias serían la opción de aquellos que quieren un poco de todo (son cuerdas muy polivalentes); y las cuerdas gruesas para aquellos que den más valor a la durabilidad frente a otras cualidades. Nosotros, habiendo usado cuerdas de todos los diámetros, vemos en las cuerdas de diámetro medio una opción muy recomendable.

Otras características:

Con las distintas categorizaciones que hemos visto, ya podríamos ser capaces de elegir una cuerda de escalada con muy buenos argumentos, pero también es cierto que sólo basados en esa información dejaríamos de conocer a fondo los parámetros que hacen que una cuerda tenga unas características u otras y que pueden ayudarnos a acertar aún más en nuestra compra. Veamos cuales son estos datos técnicos:

  • Peso: Información del peso en gramos por cada metro de cuerda. Muchos dicen, que para saber realmente el diámetro de una cuerda hay que acudir a esta información. En cualquier caso ante dos cuerdas de características similares, una que pese un poco menos puede ser más atractiva.
  • Fuerza de choque: Se trata a grosso modo, del impacto percibido por el escalador en el momento de detención de la caída. Esta se mide en un laboratorio, siendo anotada la fuerza máxima que puede dar una caída tipo (luego variará en función del peso del escalador, de manera que a mayor peso encontraremos menor fuerza de choque). Nos interesa que este dato sea lo más bajo posible, siendo 12KN el máximo permitido.
  • Nº de caídas: Se trata de las caídas de factor 2 que puede soportar una cuerda antes de dejar de ser segura (Si no sabes que es el factor de caída, visita este link de Petzl). En la práctica, las caídas en deportiva suelen tener factores mucho más bajos que 2, por lo que no nos fijaremos tanto en este dato para saber si nuestra cuerda se romperá o no, sino para saber si durará más o menos, siendo mejor siempre que soporte un mayor número de caídas. Por supuesto, nadie debe confundir una caída normal escalando con este tipo de caídas (sino muchos cambiaríamos cuerdas cada semana).
  • Elongación: Se refiere al estiramiento que se produce en la cuerda y puede ser estática (con un peso en parado) o dinámica (al producirse una caída). Una mayor elongación hará que nuestras caídas sean más suaves, pero también que caigamos más metros.
  • Certificaciones: Aunque nos parezca obvio, a la hora de adquirir una cuerda debemos certificarnos de que esta cumple con la normativa vigente para el material usado en escalada. Para ello, echaremos un vistazo al embalaje de la cuerda o a su propio cabo, en busca de la normativa EN 892 o de las siglas de la UIAA, que certifican la calidad del material.
  • Año de fabricación y duración: La fecha en la que se fabricó la cuerda que vamos a comprar nos dirá cuanta vida útil podemos llegar a esperar de ella. Si bien normalmente desgastaremos una cuerda antes de que esta “caduque”, hay que decir que los fabricantes indican que el material textil tiene un máximo de vida de 10 años, por lo que si podemos elegir entre comprar una cuerda de este año o de hace 4, optaremos evidentemente por la primera opción. En cuanto a la duración real de una cuerda, hay que decir que es extremadamente variable en función del uso y cuidado que hagamos de la misma. Puede variar entre pocos meses y varios años. Lo que si podemos decir es que cuidándola debidamente, usando una funda para colocarla en el suelo, evitando que se manche en exceso, etc. conseguiremos alargar bastante su vida útil.
  • Opiniones usuarios: Hemos dejado este punto para el final, al no ser un dato técnico de la cuerda propiamente dicho, pero consideramos que puede ser de gran utilidad a la hora de adquirir una cuerda, y es que no hay nada mejor que saber la experiencia de otras personas para hacernos una idea más aproximada de la calidad de un material. Los datos técnicos no nos podrán decir si la cuerda se va a acabar rizando con cada uso o no, o si envejecerá tan bien como se supone. Esta información sólo podremos saberla a ciencia cierta con el uso. Por ello, preguntar en tu zona de escalada o en tu rocódromo a otros escaladores, puede ayudarte a decantarte por una cuerda.

Esperamos que toda esta información te ayude a encontrar tu cuerda perfecta. No obstante si tienes cualquier otra duda, echas de menos algo que no hayamos tratado en el artículo o nos quieres consultar acerca de otro material, te animamos a ponerte en contacto con nosotros a través del correo o mediante un comentario en esta entrada. Un saludo!

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